sábado, 23 de agosto de 2014

EL SECRETO DE LAS MINAS (I)

 

Existe tanta leyenda negra en torno al Festival Internacional del Cante de las Minas que hace décadas que el tema se convirtió en algo ciertamente novelable. De ahí que se cuenten por los corrillos flamencos muchas cosas que dejan la garganta seca a cualquiera. Por supuesto, estos relatos tienen el típico epílogo rogatorio de anonimato porque existe también esa mijita de miedo a razones todopoderosas. En este caso a que una temida mano negra acabe con carreras artísticas, acreditaciones de prensa y distinguidos privilegios a quienes saquen los pies del tiesto. Algún ejemplo hay de reprimendas varias, de ahí que el discurso por lo bajini se perpetúe. Estoy segurísimo de que no será para tanto y que, al final, ni todo andará tan turbio como se dice ni tan limpio como se vende. Como pasa en todas partes. Claro que, todas partes no son anunciadas a bombo y platillo como paradigma de evento flamenco a nivel mundial. 
 
Eso, precisamente, es lo primero que llama la atención del Festival de La Minas: la algarabía mediática que genera. Razonablemente, hay quienes no entienden que se den homenajes a determinadas personalidades y culturetas de la música, el cine, los fogones o los medios (1) que no tienen absolutamente nada que ver ni con el flamenco ni con La Unión; lo que debe responder a un interés propagandístico que busca llamar la atención de los medios generalistas que, en pleno mes de agosto, poco tiene que ofrecer al espectador a la hora de tomarse el gazpacho. Así que el homenaje continuo de este Festival a RTVE habrá de entenderse como un agradecimiento eterno por la cobertura prestada por el ente público. Una pareja de hecho que sostiene un tercero: el contribuyente.
 
 
Pérez Reverte, Carlos Herrera y Fernando Trueba con el alcalde. ¿Conocerán la minera de Pencho Cros? (Foto: Fundación Cante de Las Minas)
 

Por tanto, más allá de romances de valentía con los medios, para los mandamases de este Festival lo importante son los números y así queda reflejado en la web del Ayuntamiento de La Unión, donde se asegura en grandes titulares que todo este circo ha generado casi 8.000.000 de euros y ha llegado a una audiencia de 614.083.300 personas (2) sólo en 2014. Es decir, trece veces la población de España ha escuchado hablar del bueno de David Lagos, flamante y merecidísima Lámpara Minera de este año. Así que imagino que estos días será muy difícil aguantar el ego del señor alcalde. Claro que leyendo a fondo toda la información publicada en dicha web (3), entre los medios citados que cubrieron el Festival se encuentra Flamencoworld.com, revista de internet que no existe desde hace algunos meses y que, por tanto, no ha podido cubrir el Festival... 
 
No obstante, y siguiendo con la organización, a pesar de que casi todos los implicados que he consultado (4) le dan una nota alta o muy alta, son los trabajadores de los propios medios -más de cien este año- quienes afirman que dicha organización es manifiestamente mejorable. La queja más común va precisamente para el gabinete de comunicación, compuesto por once personas que en esta edición no fueron capaces ni de sacar una nota de prensa con los finalistas en el momento que se anunciaron. Tampoco ninguno de los once fue capaz de retransmitir los espectáculos en las redes sociales, fórmula establecida en estos tiempos y habituales en otros eventos. ¿Qué contraste, no?. 
 
 
Don Juan Carlos, recibiendo la Medalla de Oro del Festival de manos del alcalde. El Ministro Margallo, apadrinando "Las Minas Flamenco Tour", junto al alcalde. (Foto: Fundación Cante de Las Minas)
 
 
Por otro lado, y por más que he indagado y preguntado, hay una cuestión que nadie me ha esclarecido del todo: ¿sigue el Festival de las Minas invitando a gastos pagados a los críticos especializados que van a cubrir el evento?. Esto, que se ha estandarizado como una lacra en la mayoría de festivales del mismo nivel, es de auténtica vergüenza. Y lo es porque anula al periodista como profesional independiente e imparcial a la hora de escribir realidades, cuando lo ético sería que los gastos de viaje y estancia de cada plumilla los costease el propio medio para el que trabaja o el mismo crítico, en caso de ser freelance. 
 
En cualquier caso, lo que sostiene el evento a nivel mediático es el Festival que precede al Concurso: una programación que en poco o nada difiere de los grandes espectáculos de gran formato que ofrecen la Suma Flamenca, Nimes, Festival de Jerez, La Bienal de Sevilla o los Flamenco Festival, y que se nutre de una serie de "mega-estrellas" flamencas (siempre sota, caballo y rey) que en la mayoría de los casos no saben si Encarnación Fernández era de Torrevieja o de Pontevedra, pero que generan unos ingresos de 150.000 euros de taquillaje. A esto hay que sumar las cantidades que aportan el Gobierno de España, la Comunidad Autónoma y el propio Ayuntamiento, además de otras empresas privadas tipo Corte Inglés, Fundación Cajamurcia, Universidad Católica de Murcia, Acciona, etc, cuyos donativos no se especifican en la web municipal. 
 
Por tanto, queda claro que la cabeza pensante de este Festival -sea quien sea- no sólo lo sabe lo que hace, sino que lo hace de muy bien para arriba siempre y cuando todos estos datos sean reales. Tan claro lo tiene esta criatura, que hace unos años (2011) hasta se inauguró en La Unión un "paseo de la fama" al estilo de Hollywood en el que estas "mega-estrellas" flamencas tienen su rinconcito junto a los míticos cantaores de la tierra. Que cada cual saque sus conclusiones... 
 
 
Encarnación Fernández en la "Avenida del Flamenco"
 
 
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(1) En este sentido habría que acordarse del Potaje de Utrera, que funciona en los mismos términos mediáticos -una sola noche, claro- y es el festival que más público generalista mete con diferencia. 
 
(2) En www.ayto-launion.org puede leerse: "El Certamen flamenco más importante del mundo ha generado 4.320 noticias en los medios de comunicación, que han llegado a más de 614 millones de personas, lo que lo convierte en uno de los 3 eventos culturales más mediáticos de España. La valoración económica de estos impactos informativos llega a 8 millones de euros". 
 
(3) Datos extraídos de un informe de medios realizado por la consultora Kantar Media para el propio evento que, esperemos que no haya presentado en dicho informe los resultados que la dirección del Festival quería leer.
 
(4) Para este artículo he pedido opinión a unas 25 personas entre ganadores y perdedores de la Lámpara Minera, aficionados de la zona, periodistas, críticos y miembros del jurado del concurso de los últimos quince años (no todos, lógicamente).

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